Por todo el mundo, la población de varios países se encuentra inmersa en una guerra fratricida, matando a otros en nombre de diversos conflictos, generalmente creados por aquellos que detentan el poder. Quienes que tienen el interés de luchar lo hacen para ganar dinero o para servir a una ideología o al odio nacionalista que azuza a la gente. Estos conflictos armados son distracciones destinadas a desviar la atención de las verdaderas fuerzas de opresión.
En Gaza, Ucrania, Sudán, Etiopía o Myanmar, a pesar de las diferentes circunstancias, los resultados son los mismos. Miles de víctimas sacrificadas sin sentido y con un gran coste social y económico; jóvenes obligados a coger las armas. Mientras miles de rusos con los recursos económicos necesarios huían del país para evitar esta guerra, el ejército reclutaba a los más pobres de otros grupos étnicos de Rusia, reclutando además a los más pobres y desesperados de Nepal. Mientras millones de estadounidenses carecen de asistencia sanitaria esencial y no pueden permitirse cubrir las necesidades básicas, los impuestos de la clase trabajadora se destinan a financiar el genocidio en Gaza. Estos son sólo dos ejemplos muy claros de cómo se obliga a los trabajadores de estos países a financiar o a participar en una guerra que no les interesa.
Para la Asociación Internacional de los Trabajadores está claro que la clase obrera no tiene nada que ganar con estas guerras ni con falsas distracciones nacionalistas que dividen a la gente en beneficio de otros. La AIT hace un llamamiento a todos los trabajadores del mundo para que se posicionen en contra de estas guerras y para que, siempre que sea posible, emprendan acciones antibelicistas.
Tal y como estipulan nuestros estatutos „... (el anarcosindicalismo) exige el boicot y la incautación de todas las materias primas y productos necesarios para la guerra...” y „...el anarcosindicalismo defiende la huelga general preventiva y revolucionaria como medio de oposición a la guerra y al militarismo.”
En el Primero de Mayo defendemos los derechos de los trabajadores de diversas formas, pero, en este Primero de Mayo, no nos olvidemos de los derechos de los trabajadores a vivir sin la amenaza de la guerra, sin el miedo al reclutamiento, sin que se desvíe dinero público para matar.
Secretaría General de la AIT