Hasta la fecha, a diferencia de lo que sucedió con el H1N1 en 2009, muchos de nosotros, los trabajadores de la salud, no hemos recibido nuestra dotación de máscaras de FFP2 necesarias para tratar a los pacientes. Si bien el Estado tuvo dos meses para acumular reservas de estas protecciones tan necesarias, parece que no ha hecho nada.
Un médico explica: "No darle la mano a nuestros pacientes es insuficiente, no nos protegerá de la contaminación del aire, debe entenderse que la escasez de máscaras de FFP2 puede conducir rápidamente a la escasez de cuidadores, por su cuarentena, con las consecuencias que esto implica."
Obviamente, el Gobierno ha elegido sus decisiones presupuestarias: por un lado el Estado tiene suficiente presupuesto para organizar cumbres, reuniones y hasta el Consejo de Defensa Nacional con la intención de entretener y engañar a la gente, por otro lado el Estado deja a los trabajadores de la salud desprotegidos.